Descubre Brest
Brest es, ante todo, un gran puerto en una bahía a las puertas del Atlántico. Una ciudad destruida en gran medida durante los bombardeos de 1944 y reinventada en la actualidad, donde modernismo, neoclasicismo, art nouveau y art déco conviven en armonía. Su sello «Ville d’art et d’histoire» (Ciudad de arte y de historia) es garantía de un programa de visitas y actividades culturales y patrimoniales que se actualiza sin cesar. Con la mirada puesta en el futuro y avivada por el rocío marino, es una ciudad «puntera»… en todos los sentidos de la palabra.
Entre dos orillas
Nos adentramos en una ciudad de patrón cuadriculado y desniveles recurrentes, un San Francisco a la bretona, con 7 barrios y otros tantos centros urbanos. En el centro, un río: el Penfeld. En la margen izquierda, paseo del Conservatorio Botánico hasta el castillo a través del barrio de la facultad de medicina, con alegres fachadas multicolores, y la calle de Siam. No olvides detenerte en la PAM, tercer lugar rebosante de vida, antes de poner rumbo al Penfeld en teleférico. Impresionantes vistas a los puertos y al puente de Recouvrance. 3 minutos de levitación más tarde llegamos a los Ateliers des Capucins, un lugar lleno de energía a dos pasos de la atípica calle Saint-Malo. ¡Déjate llevar por su encanto!
Recomendaciones a la orden del día
En la desembocadura del río, el castillo medieval, su fantástico Museo de la Marina y su puerto deportivo. Bares, restaurantes (Oyster Bar, RemorKeur)… las direcciones gastronómicas te esperan en el fabuloso ambiente del puerto comercial. Brindamos por los dos buques que son el orgullo de los lugareños: el Recouvrancey el Abeille-Bourbon. Un poco más al norte encontramos los «néobistrots» y magníficas recomendaciones en la calle de Lyon, especialmente Peck&Co. e Hinoki, uno de los pocos maestros de sushi de Francia, además de exsurfista. Si te quedan pilas para alargar la noche, apuesta por auténticas instituciones locales: Vauban, Quartz o la Carène.