Combourg está íntimamente unida al más ilustre escritor romántico francés: Chateaubriand. Este escritor nació a finales del siglo XVIII en este entorno histórico rodeado de naturaleza. Siguiendo los pasos del poeta y novelista, déjate invadir por la atmósfera bucólica del lago Tranquille donde destaca un imponente castillo.
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Descubrir Combourg
Nada más llegar, la mirada del visitante se siente atraída por 4 torres enormes que se yerguen en las esquinas del castillo. Esta poderosa fortaleza de granito del siglo XI garantizó la defensa de las fronteras de Bretaña. En la Torre del Gato se halla la habitación ocupada, en su día, por el niño Chateaubriand. Un lugar inspirador que invita a la contemplación. Por el camino de ronda almenado disfrutarás de hermosas vistas que abarcan el parque, el lago y la ciudadela.
De época en época
A los pies de las murallas se extiende el corazón del pueblo que va más allá del barrio del antiguo priorato, perfectamente conservado. Su vocación comercial, en particular dedicada a la producción de tejido de las vela y al curtido de cuero, lo dotó de preciosas casas medievales de entramado de madera pero la llegada del tren cambió el aspecto del pueblo. Hoy en día, distintas épocas se codean y permiten que convivan residencias del siglo XVI (como la casa llamada «de la Linterna») con fachadas remozadas de los siglos XIX y XX.
¿Lo sabías?
Dicen que la torre del Gato, donde Chateaubriand tenía su habitación, estaba poseída y que el antiguo propietario del castillo aparecía, por la noche, bajo el aspecto de un gato negro.
Persigue su estilo
El espíritu de Chateaubriand impregna las piedras y las callejuelas de este pueblo.. El sendero, que nace en la iglesia que sigue la orilla del lago y acaba ante el castillo, fue el escenario de los paseos del maestro del romanticismo. Las referencias literarias se reflejan en una escalinata, un parque o en los entramados de madera de las casas medievales enseñándonos hasta qué punto la literatura se alimenta de la belleza de la naturaleza y de la arquitectura.