El viaje al neolítico empieza en Larmor-Baden, Port-Navalo o Locmariaquer, cuando el barco zarpa del continente en dirección a la isla de Gavrinis. Es uno de los yacimientos de megalitos más bonitos del mundo según dicen los expertos. No solo colma cualquier curiosidad sobre la Prehistoria sino que también desvela alguno de sus secretos.
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Descubrir La isla de Gavrinis
El cairn (montículo de piedras) de Gavrinis (en la isla de la Chèvre) tiene unas dimensiones impresionantes. Este ensamblaje de piedras y arena mide 8 m de altura y más de 50 m de diámetro. Sus medidas lo convierten en el punto más alto del Golfo de Morbihan. Protege un espléndido dolmen, que forma una galería de 1,5 m de ancho y 14 m de longitud y que concluye en una cámara funeraria. Las paredes están formadas por 29 pilares, atentamente ensamblados. 23 de esas losas están decoradas con grabados misteriosos. ¡Es una obra excepcional!
Piedras que acarician los ojos
De la mano de guías apasionados por su trabajo, entramos en el dolmen cegados por la luz hasta que aparecen los signos esotéricos. Se trata de círculos concéntricos espirales, hachas, arcos y serpientes grabados en la piedra. En la cámara funeraria cubierta por una losa gigante de 4 m aparecen personajes y animales. A priori, tenían un papel primordial en la religión de sus habitantes. Por favor, no toques esas imágenes de otros tiempos ya que al tocarlos repetidamente con la mano se van borrando lentamente los grabados.
¿Lo sabías?
¿Cómo mover las piedras?
El menhir tumbado de Locmariaquer pesa 280 toneladas y se desplazó unos 10 kilómetros unos 45 siglos antes de Cristo. ¿Qué poción mágica beberían los transportistas?
Los desafíos de Obelix
El fantástico monumento de Gavrinis parece hacerse eco de los de Locmariaquer, situados a 4 km, en tierra firme, hasta el punto de que la losa funeraria insular parece proceder de una estela de Locmariaquer. Las roturas y los dibujos de los cantos de la losa se ajustan al bloque de la Mesa de los Mercaderes (un cairn de dolmen) sobre la que se ven cincelados unos cérvidos. Pero, ¿cómo transportaron esa piedra enorme? No lejos de la Mesa de los Mercaderes se halla el mayor menhir del mundo. Está tumbado y formado por cuatro bloques. En su época gloriosa medía 20,30 m. La extracción, la talla, el transporte y el izado de ese monolito constituyen una auténtica proeza.