Sin duda esta es uno de los más bellos « Pequeños Pueblos con Carácter » de Bretaña. Rochefort-en-Terre invita a emprender un viaje por el tiempo con sus murallas, el castillo y sus casas antiguas. La ciudad se engalana de flores y durante todo el año está animada con sus bonitas tiendas, galerías y talleres de artistas.
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Descubrir Rochefort-en-Terre
En medio de las landas y los bosques, Rochefort-en-Terre se yergue sobre un peñasco rocoso y se engalana con flores de todos los colores. Esa combinación le ha permitido entrar en el club de los pueblos más bonitos de Francia. Aquí se cuidan todos los detalles: callejuelas adoquinadas, rótulos armonizados… La ciudad parece una joya engarzada en el corazón de Morbihan. No te olvides de levantar la vista para admirar las casas medievales de la encantadora plaza del Puits y de la calle Saint-Michel. En verano, la ciudad es totalmente peatonal. ¡La felicidad total!
Un castillo curioso
La construcción del castillo de Rochefort-en-Terre data del siglo XII, pero fue reconstruido en el XVII. Aunque en el siglo XX, el pintor norteamericano Alfred Klots lo reformó, lo transformó en palacete y no tardó en convertir el pueblo en lugar de encuentro de artistas.
¿Lo sabías?
Tras las huellas del hombre de Cromañón
A los más jóvenes les encantará este salto en el tiempo. Revive durante una tarde la época de los dinosaurios en el Parque de la Prehistoria: 25 hectáreas y unas 30 escenas reconstruidas entre lagos y barrancos.
Paseos en los alrededores
Para apreciar realmente este lugar lo mejor es venir por la mañana. Para escapar de la multitud, por la tarde las orillas del estanque del Moulin Neuf son el punto de partida ideal para una bonita excursión que rodea Rochefort-en-Terre. Se tarda dos horas en completar el sendero amarillo de 6 km.