Con un pie en el Léon y otro en el Trégor, Morlaix se intercala en un estuario cerrado por los contrafuertes de los Monts d’Arrée. Esta ciudad de arte e historia se admira desde abajo, desde los voladizos de sus famosas casas con entramados de madera, o desde arriba, desde su altivo viaducto.
Haz clic. Inspira. Y suelta…
¡recibe la newsletter de Bretaña!
Descubrir Morlaix
¡Solo aquí se pueden encontrar las casas con pondalez! Edificadas en el siglo XVI por los comerciantes de telas de lino, se organizan en tres niveles alrededor de una chimenea enorme, una escalera de caracol central y pasajes de madera, conocidos como “puentes de ida”. Sus entramados de madera, que sobresalen en voladizo en las callejuelas que rodean la plaza Allende, le guiarán para moverse por el Renacimiento bretón. Para descubrir sus secretos, empuje la puerta de la casa de la Duquesa Ana, en la rue au Mur, o de la Casa con pondalez de la Grand Rue. La Maison Penanault, una casa solariega de piedra que alberga la oficina de turismo y salas dedicadas al patrimonio local, ofrece en su interior las claves en un entorno histórico.
¡Callejones que hacen que aumente el entusiasmo!
El patrimonio de Morlaix se explora en las laderas de la colina. Callejuelas en pendiente, entrecortadas por escaleras de piedra, se introducen por los entresijos de la ciudad. Cada uno, a su ritmo, puede ir subiendo para dejar caer la mirada por jardines privados, tenderetes con entramados de madera, lavaderos o las ruinas de las murallas de la ciudad cerrada. ¡Un vistazo muy merecido!
Pasear por encima de los tejados
Una vez arriba, ¡mejor que aproveche! El callejón de Prêtres comunica con la primera planta del viaducto, el emblema de la ciudad. Una diadema de piedra por encima de la maraña de tejados de pizarra, la obra permite disfrutar de una vista impresionante de la ciudad-puerto y de sus campanarios. Sus sólidos arcos de granito de la Île Grande ponen de relieve sus descubrimientos.
¿Lo sabías?
¿Qué altura tiene el viaducto?
Cruzando el casco histórico de Morlaix, el arco del viaducto se alinea sobre 292 metros de largo, a 62 metros de altura. Desde hace más de 150 años, esta obra de arte representa simbólicamente la ciudad.
En los muelles, la producción iza nuevos colores
El viaducto marca el límite entre el patrimonio heredado de los siglos XVI y XVII y el originado en el siglo XVIII. El puerto, en otra época lugar de comercio marítimo, está rodeado de edificios de fachadas rigurosas, construidos hacia 1730. La Manufacture des Tabacs, también conocida como «La Manu», es todo un testimonio de la cultura obrera de Morlaix. Un toque de rebeldía revive en los espacios convertidos en espacio de ciencias, cine, sala de conciertos… A la vuelta de un porche o un pontón, un fresco monumental, una exposición o una terraza animada sorprenden a los visitantes. Placeres urbanos que podrá saborear, como una cerveza artesanal, por ejemplo, antes de llegar a la soberbia bahía de Morlaix.