Un pueblo costero resguardado por imponentes rocas de granito rosa
Perros te ofrece un litoral de 13 km y 3 playas de arena fina. Para las familias y los apasionados de los deportes acuáticos, es el paraíso celestial. Uno de sus barrios, Ploumanac’h, que antiguamente era una aldea de pescadores, hoy es un centro turístico. El visitante podrá disfrutar de la panorámica casi irreal que ofrece un majestuoso grupo de rocas rosas, esculpidas por el mar y el viento. Un paraje natural de una belleza sin igual.
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Descubrir Ploumanac’h – Perros-Guirec
Situadas entre las playas de Trestraou y de Saint-Guirec, las imponentes rocas de granito rosa de Ploumanac’h son famosas a nivel mundial. Sus formas son variadas y entre ellas, podrás descubrir el sombrero de Napoleón, la guarida de los amantes, la seta… Algunas miden más de veinte metros de alto y emergieron hace trescientos millones de años extendiéndose a lo largo de más de veinticinco hectáreas conformando un decorado soberbio.
Perros-Guirec, un pueblo costero familiar para descubrir los deportes acuáticos
Perros, Pen-Ros en bretón (la cima del cerro), es una auténtica península que alterna cornisas y playas de arena fina. Su pueblo costero es muy animado y su naturaleza sorprendente por su importante desarrollo sostenible. ¡Un lugar privilegiado para practicar deportes náuticos, tanto si eres un principiante como un experto! El casco histórico encierra auténticas mansiones costeras y la iglesia Saint-Jacques, uno de los pocos testimonios de arquitectura románica de Bretaña. En el puerto, podrás embarcarte en una excursión al archipiélago de las Siete Islas, una de las reservas ornitológicas más importantes de Francia.
¿Lo sabías?
Una aguja clavada en la nariz
En la playa de Ploumanac’h se alza el oratorio dedicado a san Guirec. Este lugar es muy frecuentado por las jóvenes solteras. Ellas clavan un alfiler en la nariz de la estatua y si esta permanece allí, según reza la leyenda, las jóvenes se casarán ese mismo año.
Rumbo a Trégastel y Trébeurden
Si te diriges hacia el oeste, descubrirás Trégastel y sus doce playas de arena pudiendo apreciar importantes vestigios megalíticos, bonitas capillas y el molino de marea del Gran Traouïero. Tus excursiones serán pintorescas y cargadas de poesía a lo largo de la costa, por las playas Grève des curés o Grève rose, por las rocas Tortuga y Calavera… Si llegas a Trébeurden, antiguo puerto sardinero en la entrada de la bahía de Lannion, no olvides visitar la punta de Bihit. Con marea baja, podrás descubrir desde muy cerca la isla Milliau. La vuelta a este islote, indómito y mágico, no te llevará más de una hora. ¡Y aún conserva una pasarela cubierta de 3000 años aproximadamente!