BénodetBénodet
©Bénodet|LAMOUREUX Alexandre

De Bénodet a Île-Tudy, pasando por Sainte-Marine

Vista completa entre dos ríos

¡Bienvenido a este trozo de costa enclavado en el sur de la punta del Finisterre! Los ríos Odet y Pont-l’Abbé discurren entre Fouesnant y el Pays Bigouden para desembocar en el Atlántico. Entre los dos ofrecen tres estaciones balnearias a cada cual más encantadora: Bénodet, Île-Tudy y Sainte-Marine. Un entorno ideal para pasear y desconectar…

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2 faros, 4 playas de arena fina, una laguna de aguas cristalinas, paisajes únicos entre costa, océano y unas vistas mágicas: ¡Bénodet es la joya del sur del Finisterre! Disfruta de su paseo marítimo… con visita obligada a la heladería artesanal ¡por supuesto! Descubre la inigualable e inmaculada arquitectura del restaurante L’Alhambra, visita el centro de talasoterapia o disfruta de un crucero hacia « el río más bonito de Francia » y el archipiélago de Glénan. Del puente de Cornouaille a la duna de Mousterlin… ¡la vida es bella!

Sainte-Marine: un verano inolvidable…

Cruza el majestuoso puente de Cornouaille o sube a bordo del P’tit Bac que, cada media hora en temporada alta, lleva a peatones y ciclistas a través del Odet: en 5 minutos estarás en la otra orilla, ¡en Sainte-Marine! Entre calas rocosas y pinares, descubre este rincón paradisíaco y déjate seducir por su pequeña capilla, su Abri du Marin vestido de rosa y por la dolce vita reinante. Tras un merecido descanso en la terraza junto al agua, coge la rue du Phare hasta llegar a la punta de Combrit y disfruta de las magníficas vistas del mar.

¿Lo sabías?

¡Cofias de más 30 centímetros!

La cofia bigoudèn es un símbolo de Bretaña en si misma. ¿Pero sabías que se tarda más de media hora en ponerse la cofia almidonada? Desde 1880 hasta la década de 1950, en que desapareció, esta cofia no paró de crecer llegando a alcanzar los 32 centímetros. Hoy envía se lleva durante las fiestas populares.

Tudy: una isla entre el mar y el cielo

Un poco más al oeste, llegando por el sendero costero o por ferry, llegarás a Île-Tudy. Más que una isla podríamos decir una península, pues un dique la protege de las embestidas del oleaje oceánico. De su pasado de pesca de la sardina mantiene sus conserveras, transformadas hoy en un complejo vacacional, un club náutico y un animado varadero. Perderse por las callejuelas bordeadas de casas bajitas, con vista fugaz del mar y del faro de Perdrix es una auténtica delicia. Desde el río hasta el océano, desde los recovecos hasta las inmensas playas, todo es calma, alegría, far niente y disfrute… ¡Imposible no sucumbir al encanto de este lugar!

Web Oficial de Turismo de Bretaña
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