Salida de Rennes
Ponemos rumbo a la capital bretona para darnos un baño de cultura urbana y vegetal: estás en una de las ciudades más verdes de Francia. Y a dos pasos de aquí te esperan paisajes con una naturaleza aún más exuberante.
Ponemos rumbo a la capital bretona para darnos un baño de cultura urbana y vegetal: estás en una de las ciudades más verdes de Francia. Y a dos pasos de aquí te esperan paisajes con una naturaleza aún más exuberante.
Dormir en un pueblo pintoresco bañado por las aguas del río. La imagen del castillo feudal a orillas del canal quedará grabada en tu retina y en tu recuerdo. Visitamos el municipio de forma relajada alquilando tablas de paddle, kayaks o piraguas.
Un día en las tierras de los Rohan, familia de mecenas que contribuyó a la construcción de los castillos de Josselin y Pontivy. Nos paramos en una finca de naturaleza exuberante donde las esculturas «florecen».
La imponente fortaleza del siglo XV custodia orgullosa la ciudad y vela tu sueño. Descúbrela en una visita guiada, antes de las casas en voladizo del casco antiguo: un contraste increíble con las líneas de los edificios napoleónicos.
En una lograda mezcla de arte, naturaleza y lugares sagrados, disfrutamos de todas estas maravillas antes de tomar el «chemin des écoliers» hacia los Montes de Arrée.
Castillo de finales del XIX y principios del siglo XX, que domina con su enorme parque el valle del Aulne, esconde joyas art nouveau y unas caballerizas increíbles que acogen regularmente festivales y exposiciones temporales.
El « Fontainebleau bretón » nos conquista por la belleza de sus rocas, montones caóticos de bloques redondos, que dan origen a numerosas leyendas que avivan la imaginación. No nos olvidamos del pueblo, su café-biblioteca o la Escuela para Niñas.
Antes de poner rumbo al mar, nos impregnamos del ambiente tan particular de los Montes de Arrée con el circuito de Roc’hs y sus vistas panorámicas. O incluso visitamos Brennilis… ¡el pueblo de las puertas del Infierno !
Unas vistas que cortan el aliento, panorámicas hasta la costa. Totalmente restaurada, la hermosa ccapilla St-Michel-de-Brasparts vuelve a presumir ante las miradas. Un pequeño edificio del siglo XVIII que no se la juega, a pesar de una situación excepcional y su mobiliario totalmente rediseñado por Ronan Bouroullec. ¡Foto!