La literatura del mundo vierte ríos de tinta en Saint-Malo
El escritor bretón Michel Le Bris tuvo una excelente idea creativa: en mayo de 1990 concibió Étonnants Voyageurs. De una edición a otra, la ciudad pirata (o, eufemísticamente, corsaria), se transforma en un puntal de la literatura. Es una magnífica torre de Babel para bibliófilos del mundo deseosos de conocer a sus autores fetiche. Las editoriales, pequeñas y grandes, siempre se han mostrado entusiastas con esta borrachera literaria. Los autores famosos intentan estar a la altura de las numerosas peticiones de dedicatorias. Premios literarios (Joseph Kessel, Ganzo, premio des Gens de mer o del Imaginaire…), cine, espectáculos, exposiciones y mesas redondas. Quienes lean entre líneas lo habrán entendido: sea cual sea el tema escogido, la literatura aquí es un viaje.