Cuando los hilos del talento creativo se entrelazan
Cuatro artesanas, cuatro maestras de la costura que encarnan la efervescencia de la creatividad bretona. Diseñadora, bordadora, tejedora o artesana, cada una crea a su manera guiada por unos principios y una identidad inequívocos.
Nolwenn Faligot siempre ha tejido lazos entre el extranjero y su Finistère natal. Esta joven de 34 años originaria de Brest, formada en las escuelas de moda más prestigiosas de Londres, diseña en su pequeño taller de Dirinon prendas atemporales y eco-concebidas en serie limitada.
¿Cómo te convertiste en diseñadora?
A los once años ya sabía que quería trabajar en la moda. A los siete años me incorporé al círculo celta siguiendo a mi hermana y me fascinaba el traje típico bretón. Además, tuve la suerte de tener unos padres con una mentalidad abierta, he viajado desde pequeña y me han apoyado en todos mis proyectos. Después de cursar bachillerato de arte en Brest, me fui a Londres, sin pensármelo dos veces, para estudiar en el London College of Fashion y en Central Saint Martins. Recuerdo gran la exigencia de nuestros profesores para ver nuestra capacidad de salir adelante, pero eso te forja el carácter. En inglés, hay una expresión que significa «donde hay una voluntad, hay un camino». Y la creo firmemente.
¿Por qué elegir Bretaña para tu marca?
Después de siete años en Londres, unas prácticas en Japón y tres años en Eslovaquia como directora artística de una marca de lujo ecorresponsable, regresar a Bretaña era la opción más evidente. Entre los trajes típicos bretones y la indumentaria masculina marina en la que me inspiro, toda la identidad de mi marca es bretona. No podía diseñar en otro lugar que no fuera aquí. Desde el principio tuve una visión clara de lo que quería hacer: crear prendas atemporales y cómodas, de la forma más virtuosa posible, en esta tierra que tanto quiero.
Portrait Nolwenn Faligot, styliste et designer textile bretonne
Hice un enorme trabajo de abastecimiento de materias primas en Europa. Luego contacté con Armor Lux para saber si tenían excedentes de tejidos para reciclar y les gustó mi iniciativa. Desde entonces, creo varias colecciones para ellos. El otro criterio primordial para mí es confeccionar prendas atemporales y tendencia. Me inspiro en la visión japonesa de la prenda, donde el confort prevalece ante la moda. En particular, me gusta trabajar el lino, porque es un material vivo que hace lo que quiere. Esto se corresponde bien con el carácter bretón. Además, el lino y la Bretaña están íntimamente ligados.
Tras la marca Rizom está Mona-Louise Gillet. Esta diseñadora de 29 años, afincada en el sur de Côtes d’Armor, en Bon-Repos-sur-Blavet, crea lámparas y cojines con una antigua máquina de tejer mecánica y materiales cuidadosamente seleccionados o reciclados.
¿De dónde viene tu interés por el hilo?
Siempre he visto a mi madre coser y tejer. En mi familia, todo el mundo tiene una vena artística. Creo que siempre me han atraído los materiales, los volúmenes… Primero estudié arquitectura en la escuela Boulle, en París. Después de esta exigente formación, el textil me atrapó en sus redes al descubrir en Angers una formación de tejeduría tradicional. Todo esto lo combiné creando mi marca Rizom en torno a la decoración de interiores. Al igual que un «rizoma» vegetal, el tejido que diseño es una red de hilos entrelazados y hebras entretejidas. Rizom habla de mi pasión por el hilo, pero también de los lazos que he creado con otros artesanos locales en esta tierra.
¿Cómo escoges tus materias primas?
Empecé durante el confinamiento, en pleno escándalo de la fast fashion. Embarcarme en una iniciativa ecológica y racional me parecía evidente. Busqué productores de lana en Bretaña y de lino en Normandía. Aparte de eso, reciclo al máximo el género no vendido de gran calidad. Me encanta trabajar el lino, un material sedoso y resistente, pero también la lana. ¡Cada material tiene sus virtudes! !
¿Qué máquina utilizas para crear tus cojines y lámparas?
Durante mis estudios en Angers, descubrí una máquina de tejer mecánica de los años 70 abandonada en un rincón. Me llamó la atención y aprendí a utilizarla. ¿Hay algo más apasionante que combinar la mecánica con la maestría artesanal? Una cosa llevó a la otra y, hablando con otros artesanos, conseguí dos otros modelos. Esta máquina de tejer es increíble porque me permite realizar un punto calado para las lámparas de lino y un punto más denso para los cojines de lana. Pero como mi stock de materias primas depende sobre todo del aprovechamiento del género existente, solo puedo producir en serie limitada.
Bon Repos Sur Blavet Collection De Coussins En Laine De Lignes Rizom Mona Louise Gillet
Tras una carrera de veinte años en la gran distribución, Françoise Kerjose regresa a su primer amor: el textil. Esta mujer de 56 años, originaria de Quimper, ha vivido miles de vidas profesionales. En su taller de Plobannalec-Lesconil, moderniza el bordado tradicional bretón con su marca Atelier Boem.
¿De dónde viene tu pasión por el bordado?
Es una herencia familiar; siempre me he sentido atraída por el material. Practicaba la pintura sobre seda con mi abuela. Pero, en el entorno agrícola donde me crié había que tener un «oficio de verdad». Así pues, la costura quedó guardada en el armario. Luego, un día, conocí a Gildas Le Minor, de la marca epónima, y recuperé el gusto por el textil de calidad. Después de unos años a su lado, experimenté la necesidad de alzar vuelo en solitario y crear mi marca de textil para el hogar Atelier Boem.
¿Cómo nació tu marca?
Boem es un término bretón que significa surco de tierra, encanto, asombro. Sabía que quería transmitir la herencia del bordado bretón a través del tejido, poner de relieve a artistas de nuestra tierra y reconectar con el saber hacer y los materiales bretones de calidad: el lino, el fieltro de lana… Descubrí la máquina de bordar Cornely; es un viejo modelo creado en 1863 que realiza bordados en punto de cadeneta. Es infalible para dar relieve al hilo, así como fuerza y dinamismo a los motivos dibujados en la tela. Empecé creando paños para secar vasos y luego desarrollé una gama de textil para el hogar excepcional. Apasionada por el arte, sigo de cerca a los artistas bretones emergentes y trato de combinar en mis diseños tradición y vanguardia.
Con Nolwenn Faligot, hemos creado unos pañuelos de seda inspirados en el motivo de las colecciones bordadas de los trajes típicos bretones. El nombre de la colección: Goenvic, un famoso bordador bretón de la década de 1920. Me encantó esta colaboración porque Nolwenn y yo compartimos la misma visión del trabajo bien hecho y las ganas de combinar tradición y modernidad.
Tras estudiar Ciencias Humanas y obtener un diploma de Diseño Industrial, Violaine Buet, originaria de Finistère, se fue a la India para formarse en la fabricación tradicional del textil. De esta experiencia volvió transformada. De regreso a su Bretaña natal, decidió dedicarse exclusivamente al alga creando la Manufacture des Algues, en Gâvres (Morbihan).
¿Por qué elegiste trabajar el alga?
Me críe en las rocas del archipiélago de Glénan, en Finistère. Pensé que ese material suave y maleable tenía que valorizarse. Y además, como diseñadora, siempre me hago la siguiente pregunta: ¿cómo crear sin desnaturalizar el entorno? Somos seres ultra-tecnológicos, pero hemos perdido la lectura de la tierra. Trabajar este material vivo con las manos me permite reconectar y dejarme llevar por su magia. Es un material salvaje a la vez que estructurado. Y cuando algo nos llega al corazón, lo cuidamos.
¿Cuál es tu trayectoria?
Después de mi aprendizaje en un taller de la India, estudié diseño textil y materiales en la École Nationale Supérieure des Arts Décoratifs, donde tenía carta blanca. Me lo pasé genial trabajando una hoja de nori (hoja de alga negra utilizada para los makis). A raíz de esta formación, junto con el regreso a mis raíces bretonas, me entraron ganas de trabajar este material vivo. Luego hice un máster especializado en innovación sostenible por el diseño y el tema de mi tesis fue: «Del gesto artesano al modelado del entorno, hacia un diseño centrado en los seres vivos».
¿Y qué técnica utilizas para trabajar este material vivo?
Utilizo un telar en el que combino las algas con el lino. He trabajado con un equipo de investigadores para teñir el alga de forma natural. La paleta estética y técnica de las algas es infinita. Es un material que puede utilizarse en la escenografía, la alta costura, el diseño de objetos, la decoración… Por ejemplo, el alga sirvió de traje para un Marvel.
En el interior de su taller, las algas cuelgan y se van tejiendo, tiñendo… Un universo aparte que ha permitido a la artesana-diseñadora exponer en Nueva York, Tel-Aviv y tener una colección permanente en el museo de Artes de Filadelfia.
Violaine Buet Aout 20199286 Credit Photo Moragne Le Guen 1