GR® 34: el sendero de los aduaneros

Una sucesión de postales

A la derecha, puntas rocosas, costas salvajes, dunas, playas y calas… A la izquierda, marismas, fauna y flora diversas, rico patrimonio histórico… siempre con el mar o el océano de fondo. Recorrer el GR® 34 es descubrir a cada paso una nueva postal. Una maravillosa manera de impregnarse del espíritu de Bretaña, adentrarse en su corazón a golpe de gemelos, alentado por la brisa marina… La bahía del Monte Saint-Michel, la costa Esmeralda y la costa del Granito Rosa, la punta de Finisterre, l península de Crozon, la costa de Cornouaille y la punta de Raz, el sur de Finisterre, el golfo de Morbihan, marismas y cornisas de la costa de Amour, en Loire-Atlantique… ¡Una increíble explosión de tonos verdes y azules!

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Un sendero con mucha historia

Creado en 1791, el camino era recorrido por patrullas de aduaneros para evitar el contrabando: ¡de ahí su nombre! Para vigilar el trapicheo y los saqueos, recorrían la costa día y noche y en cualquier condición meteorológica: ¡recuérdalo cuando las piernas te flaqueen! Olvidado a principios del siglo 20, a partir de 1968 es recuperado gracias al impulso de algunos entusiastas que deciden convertirlo en una ruta de senderismo. Las primeras marcas blancas y rojas aparecen cerca de Lannion: ¡ha nacido el GR® 34! Hoy en día, recorre todo el litoral bretón, desde el Monte Saint-Michel hasta el puente de Saint-Nazaire, dejando tras de sí una huella indeleble.