Dos o tres días de disfrute al aire libre en territorio bretón: ¡nada mejor para despejar la mente y recargar las pilas! 5 magníficas escapadas a la naturaleza. 3, 2, 1… ¡que comience la aventura! ¡Desconexión garantizada!
En bicicleta desde Morlaix hasta Locquirec por tierras de interior
¿Tres días para desentumecer las piernas? El norte de Bretaña, sus caminos y sus rutas están que se salen. Montado en su bicicleta, Yann también está listo para desvelarte los secretos de Morlaix antes de pedalear hasta la bahía. Efecto sorpresa asegurado. ¿Está la marea a nuestro favor? Nos movemos con tranquilidad, por una isla en forma de paraíso. Al día siguiente, a 15 minutos, cambiamos de escenario: nos encontramos en los Montes de Arrée, macizo del interior. Un auténtico torbellino de energía. Vistas a 360° entre turberas, capillas y brezos. Paisajes lunares que quitan el sentido. Necesitarás una noche colgado de los árboles para volver a tu bici y poner rumbo a la comarca del Trégor y su costa salvaje. Compañerismo, un entorno mágico, el alma de la Bretaña y aires marinos: una aventura que te encantará.
En bicicleta y en canoa entre Ile-aux-Pies y Questembert
Una invitación a evadirse y desconectar por el canal Nantes-Brest. Ingredientes: algunas esclusas, un manillar, dos remos, gran cantidad de naturaleza salvaje, unas briznas de esfuerzo y agujetas… ¡Y ya lo tienes! ¿Te atreves? Desde la estación de Redon, coge tu bici (o alquila una) y en marcha rumbo a Ile-aux-Pies, el hot spot de la escalada bretona. Ahora toca remar frente a los acantilados de granito y esquisto que caen abruptamente sobre el río. Con paladas cada vez más sincronizadas, el río se va ensanchando hasta adquirir forma de pantano. 3 horas después, animados por las garzas y los martines pescadores, llegamos al destino final: ¡el camping! Y, al día siguiente, de nuevo al manillar y a los remos: 40 km de tranquilo paseo en bicicleta hasta Questembert.
¡No necesitas ser un profesional para disfrutar del mar en kayak! En el puerto de Larmor-Plage, Vincent da unas nociones básicas de esta práctica a todos antes de poner rumbo a Groix, que se ve « justo » enfrente. Tras unas cuantas olas y 1h30 de travesía en calma, pausa para comer en Grands Sables, la playa convexa más larga de Europa y que recuerda a las Seychelles… De nuevo a bordo, los kayakistas recorren la costa salvaje, en compañía de cientos de aves y delfines. Tras la mágica noche en el vivac y el plácido despertar frente al sol naciente, un último esfuerzo para volver por aguas oceánicas se verá recompensado por una gigantesca y deliciosa fuente de mariscos… ¡ideal para olvidarse por un momento del cansancio y las agujetas!
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4. Descubre el coasteering en Côtes d’Armor
Barranquismo costero y bicicleta de Saint-Brieuc a Lannion
El coasteering es una mezcla de natación, escalada y saltos ideal para disfrutar como nunca de la Bretaña. Derivado del barranquismo, practicado en los acantilados junto al mar, ¡es la estrella de esta microaventura! Pero, antes de probarlo, un pequeño calentamiento en bici por la bahía de Saint-Brieuc. Ahora ya sabes por qué tantos campeones de ciclismo son de por aquí: ¡es una región que curte el cuerpo y los gemelos! Cuando llegues a los acantilados de Plouha, con tus guías Pierre-Yves y Gérard, podrás lanzarte a la escalada, hacer saltos de 2 a 8 metros sobre el mar, visitar cuevas e incluso, con un poco de suerte, encontrarte con alguna foca. Los acantilados saben recompensar a quienes los desafían: disfrutarás de unas panorámicas de locura y de un pequeño restaurante frente al mar. Pero eso no es todo: aún te queda las vistas de la isla de Bréhat, la costa de Granito Rosa y, sobre todo, ¡el helado de tres bolas en el puerto de Paimpol!
Barranquismo costero y bicicleta de Saint-Brieuc a Lannion
¡No hace falta ser un experto para divertirse! Correr por los senderos bretones es una manera magnífica de descubrir nuevos lugares. Como este descenso de un tramo del Rance, que desemboca en el canal de la Mancha, entre Dinard y Saint-Malo: 54 km con todo incluido a través del bosque, los caminos de sirga, hasta llegar a la ría. Por el camino, todo está previsto para recargar las pilas y disfrutar de lo mejor de la Bretaña: fuentes de marisco, galettes, kouign amann, pequeñas joyas del patrimonio, la hospitalidad de sus anfitriones… e incluso una excursión en kayak para refrescarse y admirar las cabañas de pescadores sobre pilotes. En la línea de meta, a un lado, Dinard y sus elegantes villas frente al mar; al otro, Saint-Malo y sus míticas murallas. ¡Una bienvenida de competición!