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©Brest Maja Brocante 1|Hadrien JUBIL

Picoteo y chollos:

5 lugares interesantes

¿Agenciarse un adorno de segunda mano mientras tomas un cappuccino? Para eso no necesitas ir al mercadillo de Saint-Ouen a las 7:00 de la mañana. Para eso están los cafés-antigüedades de Bretaña. Para que puedas tomar algo y encontrar un tesoro sin par a precio de ganga. Los mejores lugares para darle a tu hogar un toque diferente.

De un vistazo

1. Chill y chollos

Maja-Brest

Este es nuestro favorito. Ándate con ojo en Brest porque en Maja se hace la magia. Vienes a por un latte… y te vas con una alfombra. Aquí, cerca de la rue de Siam, nos tomamos algo y nos afanamos en nuestra caza del tesoro. Chollos que datan de los años 50 hasta hoy. Sí, incluso el sofá donde te has sentado. Rebuscamos, bebemos y picamos algo. Bailamos y charlamos. Los gofres son exquisitos, tanto como el chocolate y el café. Pequeños conciertos amenizan la terraza trasera, a la sombra. Solo nos falta llevarnos al dueño, Hadrien, un chico alegre y campechano que nos atiende de maravilla.

Maja

También nos gusta: Le Chat Chineur: otra tienda de antigüedades en Brest, con una zona para tomar un café. O un tentempié…

 

 


2. Trégor en el país de las maravillas

Le Domaine des Papeteries (Belle-Ile-en-Terre)

Un hoyo de verdor, por el que canta un río… Si te gusta la poesía y buscas inspiración, ¡este es tu rincón! A 20 km de Guerlesquin, baño de clorofila y caza del tesoro observando el discurrir del río Léguer. Las habitaciones del Domaine des Papeteries tienen una historia… más bien muchas historias que contar. Ambiente extravagante y arty garantizado. En cada recoveco hay algo por descubrir… una obra de arte, un objeto insólito. O una joya extraordinaria. Tenemos todo lo que se puede desear: una atención impecable, desayuno XL, almuerzos para llevar, clases de yoga… Y una cueva de Alí Babá que te sorprenderá.

Acceso a la tienda de antigüedades previa solicitud

Domaine de Papeteries

3. El Dorado en Saint-Malo

Cargo Culte – Saint-Malo

Es el secreto mejor guardado del casco antiguo. Cargo Culte en Saint-Malo es un espacio restaurante donde también puedes comprar antigüedades, ¡no esperes más para visitarlo! En medio de mobiliario, lámparas y vinilos, tomamos un brunch o disfrutamos de platos caseros a la hora de la comida. Ya solo el servicio merece una visita. ¿Qué me dices de la cocina? Exquisita sencillez a base de productos locales. El croque Caesar está de muerte… por no hablar del cheese cake. Tranquilo, acogedor e informal. Pon a funcionar tus papilas gustativas y no esperes más. ¡El concepto es muy chulo!

Cargo Culte

También nos gusta: La Flemme, café-mercadillo y galería de artistas en el barrio Saint-Servant. Un fabuloso bazar organizado que desborda calidez y eventos.

4.  En Rennes, baratillo donde matar el gusanillo

Alaska Brocante – Rennes

Techos altos con molduras. Un suelo de mosaico majestuoso; solo por él merece la pena venir. Es el decorado del restaurante-tienda de antigüedades más molón de Rennes. Su especialidad: muebles y objetos del siglo XX. Ese sillón fifties que dará estilazo a tu zona de trabajo, esa lamparita art déco para resaltar el sofá, esa cómoda tan insólita… todos están aquí. En el aire, fragancias de bowls, tés chai o bizcochos de chocolate recién salidos del horno. Alaska, además de restaurante acogedor, es un lugar donde disfrutar de noches divertidas y de su pequeña terraza ideal para los días soleados. ¿Nos damos una vuelta por ahí?

Alaska Broncante

También nos gusta:Léopard Blanc,concept store de diseño y segunda mano en Vern/Seiche


5. En Moulin de Pomper, pisamos el freno

En Rigad’eau – Moulin de Pomper

Es la historia de un molino de marea, frente a la isla aux Moines, que se ha transformado en gabinete de curiosidades. En Moulin de Pomper, entre Baden y Arradon, vienes a darte un capricho y te vas con la conciencia tranquila. Puedes comer un pastel o tomarte un trago. Llévate un trocito de la decoración, una cesta de mimbre, platos y tazas para decorar una bonita mesa… ¡y mejor si son de diferentes madres! Hemos quedado prendados de este lugar tan acogedor, deseosos de conocer la historia de cada objeto, detener el tiempo y llevarnos algo al gaznate admirando las preciosas vistas al riachuelo.

Au Rigad’eau

También nos gusta:Ché Luz en Etel. No hay tantas antigüedades, pero te encantarán los platos y el buen ambiente.

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