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©20230628 Rbassenne Roellinger 0665|Romain Bassenne

Establecimientos costeros para el invierno

Acogedores refugios bretones con vistas al horizonte

La tranquilidad de una morada a orillas del mar. Ambiente confortable y madera natural para reconectar y abrazar el invierno… ¿Y si ese fuera el mayor de los lujos? En habitación o «abri du marin» (refugio para marineros), en armonía con la naturaleza, ponle color a la temporada invernal en estos lugares bañados por la brisa marina.

De un vistazo

1. Desconexión en la isla de Arz

Les Lodges de la Vigne - isla de Arz

Una vez en Arz, súbete a la bici y pon rumbo al sur de la isla más salvaje del golfo de Morbihan. En su gran jardín arbolado, Les Lodges de la Vigne, totalmente de madera de abeto douglas y con capacidad para 2-8 personas, forman una especie de ecoaldea en la que desconectarás a todo confort. Dormitorio con vistas, ropa de cama de lino, sofá acogedor y gran puf para acurrucarse cerca de la estufa de leña… ¿qué más se puede pedir después de un buen paseo por la isla? Las callejuelas del centro y el sendero litoral están a dos pasos… y el mar a 150 metros. ¿Te apetece pasear por el agua? Hazte con una tabla de paddle y lánzate al mar. Los más atrevidos podrán darse un chapuzón de lo más refrescante en la playa de Brouël. Y para relajarte al calorcito, ¡la bañera nórdica te encantará!

Gîtes de La Mulonnais


2. Estilo casa familiar

Lodge Kerisper – La Trinité/Mer

En las inmediaciones de Carnac y de la península de Quiberon, a dos pasos del puerto de La Trinité, el Lodge Kerisper tiene una misión: mimarte. Vivienda al estilo de una mansión familiar, antaño una antigua granja del siglo XIX transformada en hotel a contracorriente de los códigos habituales. Hibernamos apaciblemente cerca de la gran biblioteca y en el rincón del salón con chimenea, donde muebles de mercadillo se mezclan con objetos de diseñadores contemporáneos. Desde el Lodge se puede acceder a las playas de arena blanca en bicicleta y a pie. Por un lado, bordeamos las barcazas ostrícolas en el río de Crac’h; por el otro, disfrutamos del fabuloso ambiente de los muelles y del puerto deportivo de La Trinité… Atípico. Auténtico.

Lodge Kerisper

3. Primera línea frente al océano: Douarnenez

Villa Glaz Océan y sus apartamentos – Douarnenez 

Un refugio acogedor que abraza el horizonte, en la Cornualles bretona. Disfrutamos al máximo nuestra estancia en la Villa Glaz Océan de Douarnenez, en sus apartamentos gran confort. Una estancia con acceso directo a la playa donde podrás sumergirte en las tonalidades verdes y azules de la costa. Nos encanta Douarn’ y sus callejuelas sinuosas, el centro de talasoterapia a dos pasos y el barrio de pescadores de Rosmeur. Es difícil elegir entre los kouign-aman locales o la Villa y su fabulosa decoración al estilo escandinavo, con vigas y piedras aparentes… ¿Quedamos el fin de semana que viene?

Villa Glaz Océan


4. En Plouguerneau en una casa-barco

Ecogîte Tyrheun – Plouguerneau 

A 30 km al norte de Brest, en la pequeña aldea de Lilia, te damos la bienvenida a bordo de Tyrheun. Una casa rural ecológica, tranquila y en estado bruto, auténtico refugio de madera acogedor donde impera la temática marina: 3 habitaciones camarote, ojos de buey en los tabiques… En las paredes, cartas náuticas. ¡Y hasta una red de catamarán a modo de altillo para leer desde las alturas! Este lugar es ideal para descubrir la zona intermareal, las islas y los «abers», o estuarios, en las inmediaciones. Al anochecer, al calor de una estufa de pellets, desconectamos a través de lecturas que nos envuelven de aire marino. Nos sentimos de maravilla.

Tyrheun

5. Un refugio en pleno acantilado

La cabine en bord de mer – Plérin

Una auténtica casita de playa. Camina 70 m por el GR® 34 y llegarás a esta casita ubicada sobre la ladera de un acantilado, en la punta de Roselier, en Plérin. Esta casa sobre pilotes, con capacidad para 2 personas* fue construida por el abuelo de la propietaria a modo de «caseta de playa» en los años 50 y ha sido ampliada desde entonces. Disfruta de las vistas al mar desde todas las ventanas, y también desde la cama-baúl, sobreelevada para este efecto. Madera omnipresente, sutil decoración de estilo marinero, wifi no disponible… ¡la desconexión está garantizada! Una pequeña escalera te lleva a una hermosa playa de arena más abajo. Te recomendamos hacerte con unos prismáticos, envolverte en una manta y, desde la terraza, buscar delfines y marsopas en el mar de la bahía de Saint-Brieuc. Si los ves… ¡alucinarás!
* en invierno: 2 noches mínimo, 5 durante las vacaciones escolares  


6. Brisa oceánica y madera en la bahía de Cancale

La Ferme du Vent – Saint-Méloir-des-Ondes

Asomada a la bahía de Cancale, entre Saint-Malo y el Mont-Saint-Michel, te espera la Ferme du Vent. En pleno corazón de la pradera, la última creación de la familia Roellinger: 6 kleds (refugios contra el viento, en bretón) de madera y piedra natural, combinan armoniosamente un interior cálido y acogedor con una apertura al luminoso horizonte. Desde la comodidad y la calidez del sofá, contemplamos fascinados el espectáculo de una naturaleza cuyo corazón palpita al ritmo de las mareas. Aprovechamos para probar la cocina de Hugo Roellinger, chef con dos estrellas Michelín, o para sumergirnos en los «Bains Celtiques». En Cancale, la danza de las embarcaciones, el gesto de los ostricultores y el vaivén del mar dan vida el puerto.

La Ferme du Vent

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