Las costas bretonas tienen la mayor concentración de faros del mundo. Y la palma se la lleva el Finisterre. Desde la isla Vierge hasta el faro Stiff, pasando por la punta Saint-Mathieu o el faro del Petit Minou, sube a lo alto de estos centinelas del mar y disfruta de asombrosas panorámicas hasta donde alcanza la vista.