Mucho más que el lago más grande de Bretaña,
Guerlédan, escondido en el corazón de un amplio bosque, es el lago más grande de la Bretaña interior con 400 ha. Este espejo de agua embelesa a los pescadores, a los amantes de las actividades náuticas y pedestres así como a los adictos al descanso total en la playa. Podrás recorrer las gargantas de Daoulas y los impresionantes acantilados tallados por el río Blavet, debido a su cercanía. Las landas de Liscuis, situadas en una cima, te sorprenderán por su belleza salvaje y misteriosa, pero también por sus sepulturas megalíticas. Otro lugar que no puedes perderte es la abadía cisterciense de Bon Repos, fundada en el siglo XII y que, tras un largo abandono, alberga hoy en día exposiciones de arte contemporáneo. En los alrededores, el bosque de Quénécan, paraje natural de 3000 ha, cobija una fauna y una flora típicas del sotobosque. Otra lugar digno de visitar es la aldea de Forges-des-Salles, uno de los centros metalúrgicos más antiguos de Bretaña. La escuela, la oficina de pagos, el comedor, la carpintería… nada ha cambiado de lugar desde que cesó la actividad en 1880.